En el enjambre Byung-Chul Han ; traducción de Raúl Gabás
Por: Han, Byung-Chul.
Colaborador(es): Gabás, Raúl.
Tipo de material: TextoSeries Pensamiento Herder.Editor: Barcelona : Herder, 2014Edición: 1ª ed., 4ª impr.Descripción: 109 p. ; 20 cm.ISBN: 978-84-254-3368-9.Tema(s): Tecnología de la información | Internet | Aspecto social | Sociología | Redes socialesNota: Traducción de: Im Schwarm Resumen: Byung-Chul Han analiza de qué modo la revolución digital, internet y las redes sociales ha transformado la esencia misma de la sociedad. Según el autor, se ha formado una nueva masa: el «enjambre digital». A diferencia de la masa clásica, el enjambre digital consta de individuos aislados, carece de alma, de un nosotros capaz de una acción común, de andar en una dirección o de manifestarse en una voz. La hipercomunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar y para ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios. Empresas como Facebook y Google trabajan como servicios secretos que vigilan nuestros intereses para extraer beneficio de nuestros comportamientos en internet y las redes sociales.Biblioteca actual | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Biblioteca Central del Ministerio de la Presidencia Sala | 58554 | Disponible | 1070571 |
Traducción de: Im Schwarm
Byung-Chul Han analiza de qué modo la revolución digital, internet y las redes sociales ha transformado la esencia misma de la sociedad. Según el autor, se ha formado una nueva masa: el «enjambre digital». A diferencia de la masa clásica, el enjambre digital consta de individuos aislados, carece de alma, de un nosotros capaz de una acción común, de andar en una dirección o de manifestarse en una voz. La hipercomunicación digital destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar y para ser ella misma. Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios. Empresas como Facebook y Google trabajan como servicios secretos que vigilan nuestros intereses para extraer beneficio de nuestros comportamientos en internet y las redes sociales.