Adiós a la soberanía política : los tratados de nueva generación (TTP, TTIP, CETA, TISA... ) y qué significan para nosotros Josep Burgaya
Por: Burgaya, Josep.
Tipo de material: TextoSeries Carta blanca ; 7.Editor: Barcelona : Ediciones Invisibles, 2017Edición: 1ª ed.Descripción: 238 p. ; 24 cm.ISBN: 978-84-945613-6-8.Tema(s): Liberalismo económico | Comercio internacional | Grupo de interésResumen: ¿El capitalismo del siglo XXI es incompatible con la democracia? En los ochenta, con la globalización económica, se desregularon las economías y se criticó el intervencionismo estatal. El resultado fue más desigualdad y más pobreza. Ahora se pretende dar una vuelta de tuerca más a la liberalización económica: ya no se trata de disminuir las «interferencias» estatales, sino de dinamitarlas mediante los tratados de nueva generación, para que el Estado deje de actuar como resistencia y se ponga al servicio de las élites globales de una vez por todas. Hay quien considera -y existen poderosas evidencias de que realmente es así- que la economía capitalista en su fase actual ha dejado de ser compatible con la democracia, en la medida que su objetivo es que los ciudadanos no puedan tomar decisiones que resulten inconvenientes para su voracidad.Biblioteca actual | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Biblioteca Central del Ministerio de la Presidencia Sala | 59375 | Disponible | 1071691 |
Bibliografía: p. 233-238
¿El capitalismo del siglo XXI es incompatible con la democracia? En los ochenta, con la globalización económica, se desregularon las economías y se criticó el intervencionismo estatal. El resultado fue más desigualdad y más pobreza. Ahora se pretende dar una vuelta de tuerca más a la liberalización económica: ya no se trata de disminuir las «interferencias» estatales, sino de dinamitarlas mediante los tratados de nueva generación, para que el Estado deje de actuar como resistencia y se ponga al servicio de las élites globales de una vez por todas. Hay quien considera -y existen poderosas evidencias de que realmente es así- que la economía capitalista en su fase actual ha dejado de ser compatible con la democracia, en la medida que su objetivo es que los ciudadanos no puedan tomar decisiones que resulten inconvenientes para su voracidad.