Américo : el hombre que dio su nombre a un continente Felipe Fernández-Armesto ; traducción de Jesús Cuéllar Menezo
Por: Fernández-Armesto, Felipe.
Tipo de material: TextoSeries Tiempo de memoria ; 66.Editor: Barcelona : Tusquets, 2008Edición: 1ª ed.Descripción: 311 p. il. 21 cm.ISBN: 978-84-8383-050-5.Otro título: Biografía de Américo Vespucio [Subtítulo de la cubierta].Tema(s): Vespucci, AmerigoGénero/Forma: BiografíaNota: Traducción de: Amerigo. The man who gave his name to America ;Índice onomástico Resumen: En 1507, cuando el cartógrafo Martin Waldseemüller publicó un mapa del mundo, denominó América a un nuevo continente, descubierto poco antes, en honor al navegante y explorador Américo Vespucio. El nombre hizo fortuna y, años después, se extendió al hemisferio norte de aquellas tierras, aunque no correspondía al de su auténtico descubridor y el propio Waldseemüller reconocía haber errado en la elección del topónimo. Ésta es la historia de esa curiosa denominación, y también la biografía de un maestro de la autopromoción. Nacido en 1454 en la Florencia de los Médicis, para los que trabaó en su juventud, Américo se trasladó a Sevilla en 1491. Fue amigo y rival de Cristóbal Colón, y colaboró en la segunda y la tercera expedición de éste a las Indias, antes de embarcarse él mismo por lo menos en dos ocasiones y de explorar la costa de lo que hoy es Brasil. El hombre que dio su nombre al Nuevo Mundo emerge en estas páginas como un acabado producto de una compleja época: aventurero, conspirador, hábilnavegante (aunque no al principio), autor de deslumbrantes crónicas de viajes, siempre al tanto de los últimos avances científicos y capaz de apropiarse de honores inmerecidos.
Biblioteca actual | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Biblioteca Central del Ministerio de la Presidencia Sala | 44431 | Disponible | 1071491 |
Traducción de: Amerigo. The man who gave his name to America
Índice onomástico
En 1507, cuando el cartógrafo Martin Waldseemüller publicó un mapa del mundo, denominó América a un nuevo continente, descubierto poco antes, en honor al navegante y explorador Américo Vespucio. El nombre hizo fortuna y, años después, se extendió al hemisferio norte de aquellas tierras, aunque no correspondía al de su auténtico descubridor y el propio Waldseemüller reconocía haber errado en la elección del topónimo. Ésta es la historia de esa curiosa denominación, y también la biografía de un maestro de la autopromoción. Nacido en 1454 en la Florencia de los Médicis, para los que trabaó en su juventud, Américo se trasladó a Sevilla en 1491. Fue amigo y rival de Cristóbal Colón, y colaboró en la segunda y la tercera expedición de éste a las Indias, antes de embarcarse él mismo por lo menos en dos ocasiones y de explorar la costa de lo que hoy es Brasil. El hombre que dio su nombre al Nuevo Mundo emerge en estas páginas como un acabado producto de una compleja época: aventurero, conspirador, hábilnavegante (aunque no al principio), autor de deslumbrantes crónicas de viajes, siempre al tanto de los últimos avances científicos y capaz de apropiarse de honores inmerecidos.